Una de las cosas que más me sorprende de la actividad política actual es la falta de rigurosidad y pudor de algunos, sobre todo del sector naranja. Está claro que esto del transfuguismo no pasa factura entre el electorado y el camuflaje ya no es necesario ante los votantes.
Esos que hace dos días eran más rosistas que Rosa ahora limpian traseros del pulcro nuevo líder mesiánico mientras lanzan a diestro y siniestro las virtudes de sus logros. Me sonroja, como ciudadano, ver los muros de algunos de esos que ahora se denominan “emergentes” o “nueva política” destapando lo más rancio y cateto de la actividad pública.
Es fácil leer cómo los C’s logran mejorarnos la vida y despejar del panorama político a los corruptos aunque la realidad es bien distinta. Las propuestas naranjas son un refrito viejo y trasnochado de algunas ideas medio olvidadas junto a dos o tres cosillas que aprendieron de su paso por UPyD. Eso sí, de denunciar en tribunales o de dejar de ser la muleta de PSOE o PP según se tercie, de eso nada.
Mientras dicen ser adalides contra la corrupción y defienden su papel en la dimisión del alcalde de Granada olvidan que fueron los concejales de ciudadanos los que propiciaron que ese señor ocupara el sillón de la alcaldía de la ciudad. Olvidan que son ellos los que apoyan al PP en Granada mientras sirven de muleta, sin pudor, al PSOE de los EREs y de los Cursos de formación de la Junta de Andalucía. Nada dicen esos naranjas de que las comisiones de investigación se han paralizado en el parlamento andaluz gracias a su inacción.
Y en Murcia nos vienen a salvar de esos terribles profesores que acribillan a los chavales con toneladas de deberes escolares. Sí, muy importante eso de los deberes olvidando que los centros no tienen presupuestos para sobrevivir, para pagar la calefacción o para renovar los equipos informáticos. Es lamentable que esos que cobran dinero público se dediquen a hacerse fotos en procesiones y palcos de estadios deportivos en lugar de ocuparse por saber por qué la educación está colapsada en la comunidad o qué ocurre con los servicios sanitarios cada vez más abandonados. Olvidan que el PP está en un gobierno de prestado en la comunidad gracias a su apoyo mientras el auditorio de Puerto Lumbreras sigue igual, el aeropuerto nos sigue costando un riñón y de la desaladora sólo conocemos una comisión con foto incluida. Grave es que lo hagan pero más grave es que los voten.
Es triste este tiempo en el que la política se ha convertido en un lamentable ejemplo de ceguera de los votantes: no importa la falta de coherencia, no importa la falta de preparación (no hay más que ver el nivel de algunos de esos diputados regionales o nacionales y lo digo con conocimiento directo de causa).
En realidad la culpa la tenemos todos como votantes ya que seguimos aceptando que nos engañen con el único fin de poder quejarnos luego de que “todos son iguales”.
Otro día hablaré de los morados (no me refiero a los de enfrente de mi casa) pero hoy me quedo con esos salvadores de todo venidos a menos. Para este viaje no hacían falta alforjas y yo, la verdad, entre la vieja política de los de siempre y la nueva de los incultos me quedo con la de antes. Al menos con los de siempre sabemos a qué nos atenemos. Con los nuevos nunca se sabe porque hoy están aquí pero mañana pueden estar en cualquier sitio ya que están tan acostumbrados a saltar de flor en flor que nunca se sabe dónde acabarán buscado nuevo acomodo cuando se les cierre el chiringuito actual.
¡Disfruten lo votado!
